Hijo, cuando me encontré con la mujer Cananea, ella estaba muy sedienta y Yo le ofrecí un manantial inagotable para calmar su sed. Le dije: Adora al Padre en Espíritu y en Verdad, porque El se complace y busca adoradores que lo hagan de esa manera.
No es nada difícil, simplemente escucha. Ahora estás en el piso de un gran fondo oscuro. Si miras a los costados, sientes que te aprisionan las paredes que se achican segundo a segundo. Te sientes como atrapado y sin ninguna salida, te falta la luz, y no puedes huir ni correr. Estás quieto, sin movimiento y muy rígido. No temas. Comienza a adorar. Inclina tu cabeza hacia arriba, y verás lo único que puedes percibir: un tenue rayo de sol. Este es el inicio. Esta luz te alcanza.
No preguntes nada, calla por un pequeño tiempo. Sólo mira hacia arriba. Mira y fija tu mirada a lo invisible, pero con fe y mucha confianza. El sol te alumbrará un poco más y así verás grandes cosas, aún mayores de lo que han visto otras personas. Siéntelo, El está ahí, no busques su rostro porque es inescrutable. Escucha su murmullo, abre tu corazón ahora para que disfrutes su dulzura y misericordia. Tiéndele la mano porque ha venido a estrechar su mano con la tuya y luego déjate llevar. El te alzará como en un soplo, vendará tus heridas y se sentará junto a ti sobre una roca.
Temblarás ante su presencia, tus emociones se colmarán de plenitud por su cercanía, tus lágrimas caerán a borbotones por la inmensa alegría que experimentarás en su nube de gozo y felicidad. Ahora estás con El. Míralo, escúchalo, pero no hables. El te entiende y te responderá tus interrogantes. Sólo disfruta en calma y quietud. Ensancha tu corazón y observa a tu alrededor. Percibe los colores, la nueva dimensión de las cosas, las flores que crecen, el agua que fecunda el desierto seco de lo que pisabas y entonces sólo di: Gracias Padre! Nada más.
La adoración es extasiarse con gozo y gratitud simplemente ante su Presencia, el silencio del lenguaje del Amor. Si por algún motivo tu alma se entristece, vuelve a la adoración. El te necesita así, humilde y confiado en creer que de nuevo vendrá cuando lo llames. No busques su rostro. Lo encontrarás; en todas las cosas y personas que te rodean. Y cuando lo encuentres y tu amor se plasme en una oración de alabanza, estarás adorando. Y porque El así lo prefiere, te volverá a buscar. Pero no lo olvides: déjate hallar.
Anonimo
jueves, 24 de junio de 2010
miércoles, 23 de junio de 2010
ORACION
Señor, enséñame el lenguaje del silencio que lo dice todo. Enseña a mi alma a permanecer en silencio en Tu presencia. Haz que pueda adorarte en las profundidades de mi ser sin pedirte nada más que la ejecución de Tu voluntad. Enséñame a permanecer callado y a producir en mi alma esa profunda y sencilla oración que nada dice y todo lo expresa. Ora Tú en mí, para que así mi oración sea una con Tu gloria. Amén".
Fdo. Cristobal Aguilar.
Fdo. Cristobal Aguilar.
SAN AGUSTIN
“SEÑOR, NOS HICISTE PARA TI ; Y NUESTRO CORAZÓN ESTARÁ INQUIETO HASTA QUE DESCANSE EN TI ”.
jueves, 10 de junio de 2010
Heme Aquí
Vengo a Tí Señor
mira mi interior, tan necesitado de tu Presencia
tan necesitado de tus Palabras,
porque no deseo otra cosa,
Tú eres Quien fortalece, Quien sacia todo espacio vacío.
en medio de esta babilonia, Que prevalezca Tu Presencia en mí
porque aunque se levante el enemigo, aunque el leviatán quiera
con sus sinuosos movimientos desviarme del propósito
por más que esté sin fuerzas y mis ojos no puedan verte Señor,
con mi último aliento, te digo:" aquí estoy, soy tuya, heme aquí"
mira mi interior, tan necesitado de tu Presencia
tan necesitado de tus Palabras,
porque no deseo otra cosa,
Tú eres Quien fortalece, Quien sacia todo espacio vacío.
en medio de esta babilonia, Que prevalezca Tu Presencia en mí
porque aunque se levante el enemigo, aunque el leviatán quiera
con sus sinuosos movimientos desviarme del propósito
por más que esté sin fuerzas y mis ojos no puedan verte Señor,
con mi último aliento, te digo:" aquí estoy, soy tuya, heme aquí"
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