miércoles, 31 de agosto de 2011
REVÍSTEME, JESÚS
"Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las
artimañas del diablo" (Efesios 6:11).
Querido Jesús,
Tú me dices que resista al diablo y él huirá de mí,
Pero no tengo ningún poder de resistencia.
Tú tienes todo el poder y la resistencia que pueda necesitar,
Así que dame el poder para resistir.
Tú dijiste que podía mover montañas
Si yo tuviera fe inclusive del tamaño de un grano de
mostaza;
Sin embargo, mi montaña no se moverá
A pesar de que mi fe en ti es tan grande
Como la puedo concebir.
Tú hiciste los cielos y la tierra;
Por favor, mueve mi montaña.
Tu dijiste: "Huid del mal!"
Así que corrí a toda prisa,
Pero el pecado me alcanzó
En mi mejor momento de esfuerzo.
Tú tienes el poder
Sobre todo el poder del enemigo
Con milagros, señales y prodigios.
Líbrame de la trampa de Satanás.
Aún no tengo la fuerza para ponerme toda la armadura,
Así que por favor, cual escudero, ¡vísteme!
Haz por mí lo que yo sé que no puedo hacer por mí mismo.
DAVID WILKERSON
martes, 30 de agosto de 2011
JOSÉ RESPONDIÓ AL LLAMADO DEL ESPÍRITU
El Espíritu de Dios siempre ha estado llamando a la humanidad hacia sí mismo
-a la santidad, a la pureza de corazón, a la vida consagrada- y en cada
generación un remanente responde a este llamado. José respondió al llamado
de Dios a una edad muy temprana. Sus diez hermanos mayores recibieron el mismo
llamado a la entrega y a caminar en rectitud pero ellos eligieron permanecer en
el mundo.
Por lo menos en dos ocasiones todos los hijos de Jacob recibieron el llamado
del Espíritu con toda claridad. La primera fue cuando Jacob erigió un altar
al Dios de Israel (Génesis 33:18-20). Jacob llamó a sus hijos hasta el altar
para adorar con él, arrodillarse ante el Señor y seguirlo, pero en lugar de
ello, los hermanos de José se tornaron a la venganza y al derramamiento de
sangre.
La segunda vez que Dios claramente llamó a estos diez, estaban en Betel. Jacob
sabía que sus hijos estaban atados a la idolatría y que se encontraban
rechazando el llamado de Dios a la pureza y a la justicia, por lo que él les
advirtió: "Quitad los dioses ajenos que están entre vosotros, y sean limpios,
cambien su ropa y levantémonos, vayamos a Betel, allí haré un altar a Dios
"(Génesis 35:2-3).
¡Este es uno de los más claros llamados en toda la Palabra de Dios! La frase
"cambiar de ropa" en hebreo significa una purificación moral y espiritual de
la mente y el corazón. En apariencia, los hijos de Jacob se rindieron: "Así
dieron a Jacob todos los dioses ajenos que había en su mano, y los zarcillos"
(versículo 4). Pero su arrepentimiento fue solo superficial, ellos nunca
tuvieron un verdadero cambio de corazón ¡Regresaron a su rebelión, odio,
envidia y contienda!
José era diferente a sus hermanos: su arrepentimiento había sido desde el
corazón. Respondió al llamado del Espíritu y se dispuso por completo a
seguir al Señor. En medio de un ambiente malo, perverso; José mantiene las
manos limpias y el corazón puro.
José fue enviado a los campos para ayudar a sus hermanos en el cuidado de los
rebaños de la familia. ¡Pero pronto se entristeció porque sus hermanos
hablaban y vivían como los paganos! Su corazón puro fue aplastado por la
maldad de su propia familia.
"Y José trajo a su padre malos informes sobre ellos" (37:2), José descargó
su corazón a su padre: "No vas a creer la forma en que viven, ellos hablan en
contra de tu Dios, ¡ellos lo afligen...!"
Una marca de la Compañía José es que se lamentan por el pecado. Han
abandonado los ídolos y se enamoran de Jesús ¡Su corazón está encendido
con santidad! Ellos ven el pecado en la tierra, pero sobre todo se entristecen
por el pecado en la iglesia. Ellos gritan desde su alma: "¡Oh, Padre, mira lo
que está pasando entre tus hijos!" Si usted se hace parte de esta compañía
de los últimos tiempos, no puede pasar por alto el pecado. Más bien, algo
tiene que levantarse dentro de usted que dice: "¡Oh, Dios, no puedo soportar
lo que ellos hacen en tu nombre!" Entonces, usted orará -no contra las
personas- sino contra la incursión de los poderes demoníacos en la iglesia de
Jesucristo.
lunes, 29 de agosto de 2011
¡LA MAYOR PRUEBA DE JOSÉ FUE LA PALABRA DE DIOS!
"Envió un varón delante de ellos, a José, que fue vendido como esclavo.
Hasta la hora en que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová lo probó."
(Salmo 105:17, 19). José fue probado y tratado en muchas formas, pero su mayor
prueba fue la palabra que había recibido.
Tenga en cuenta todo lo que José soportó: con tan sólo diecisiete años, fue
despojado y arrojado a un pozo para que muriera de hambre. El corazón frío de
sus hermanos se burló de sus súplicas y lo vendieron a mercaderes ismaelitas
que lo llevaron en caravana a un comercio de esclavos de Egipto y lo vendieron
como un esclavo común.
Sin embargo, la mayor prueba de José no fue el rechazo de sus hermanos ni la
indignidad de ser convertido en un esclavo o de ser enviado a la cárcel. No,
lo que confundió y probó el espíritu de José fue la clara palabra de Dios
que él había oído.
Dios le había revelado en sueños a José que se le daría una gran autoridad
la cual sería usada para la gloria de Dios. Sus hermanos se inclinarían ante
él y sería un gran libertador para muchas personas.
Yo no creo que esto fue un regodeo ególatra de José. Su corazón estaba tan
centrado en Dios que esta palabra le dio un sentido humilde a su destino:
"Señor, has puesto tu mano sobre mí para formar parte de tu gran plan
eterno". ¡José fue bendecido con sólo saber que jugaría un papel importante
para lograr que la voluntad de Dios sucediera! Sin embargo, las circunstancias
en la vida de José fueron justo lo contrario de lo que Dios había puesto en
su corazón. ¡Él era el siervo que tenía que inclinarse! ¿Cómo podía
creer que un día liberaría multitudes cuando él mismo era un esclavo? Él
debió haber pensado: "Esto no tiene sentido. ¿Cómo puede Dios ordenar mis
pasos hacia la cárcel, hacia el olvido? Dios dijo que iba a ser bendecido,
pero ¡Él no me dijo que esto iba a suceder! "
Durante diez años, José sirvió fielmente en la casa de Potifar, pero al
final fue juzgado mal y mintieron sobre él. Su victoria sobre la tentación de
la esposa de Potifar sólo le llevó a la cárcel. Durante esos momentos, José
debió considerar preguntas terribles: "¿He oído bien? ¿Mi orgullo inventó
estos sueños? ¿Pueden mis hermanos estar en lo cierto? Tal vez todas estas
cosas están sucediéndome para disciplinarme ante algún tipo de deseo
egoísta en mi".
Amado, hubo ocasiones en que Dios me mostró cosas que Él quería para mí:
ministerio, servicio, serle útil. Sin embargo, cada circunstancia resultaba
contraria a la palabra que se me había dado. En esos momentos pensé: "Oh
Dios, tú no me hablaste. Debió ser mi carne". Yo estaba siendo probado por la
palabra que Dios me dio. No obstante, Dios nos ha dado sus promesas y podemos
confiar en ellas, ¡en todas ellas!
DAVID WILKERSON
viernes, 26 de agosto de 2011
CADA PALABRA Y PROMESA SE CUMPLIÓ
José estaba en una de sus horas más oscuras, solo, abatido, a punto de
renunciar a sus sueños, poniendo en duda su lugar en Dios. De repente, llegó
la llamada de uno de los guardias del rey: "¡José, prepárese, Faraón le
llama!"
En ese momento, creo que el Espíritu de Dios vino sobre José y su corazón
saltaba de emoción. ¡Estaba a punto de entender de lo que se trataba todo
esto!
Una vez que José se afeitó y arregló su cabello, probablemente pensó, "Este
es el comienzo de lo que Dios me prometió. ¡Ahora sé que le oí! El diablo no
ha tenido el control y mi vida no ha sido en vano. ¡Dios ha dirigido todo, todo
el tiempo!"
En cuestión de minutos, José estaba de pie delante de Faraón, escuchó
acerca de sus sueños, dio la interpretación de la hambruna que venía y dijo
al Faraón que tenía que recoger y almacenar el grano de la nación: "Alguien
debe estar a cargo de los almacenes. Tienes que encontrar a un hombre que este
lleno de sabiduría para supervisar todo esto". (ver Génesis 41).
Faraón miró a su alrededor y luego se volvió hacia José: "¡Tú, José! Te
nombro segundo gobernante. Sólo yo voy a tener más poder que tú en el reino.
Te encargarás de supervisar todo".
¡Cuan rápido las cosas habían cambiado! Llegó el día en que José se paró
frente a sus hermanos y fue capaz de decir: " Es verdad que ustedes pensaron
hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien para lograr lo que hoy
estamos viendo: salvar la vida de mucha gente. "(Génesis 50:20).
"Dios me envió delante de ustedes: para salvarles la vida de manera
extraordinaria y de ese modo asegurarles descendencia sobre la tierra. Fue Dios
quien me envió aquí, y no ustedes. Él me ha puesto como asesor del faraón y
administrador de su casa, y como gobernador de todo Egipto."(45:7-8).
Querido santo, muy pronto va a entender sus actuales pruebas de fuego. Dios lo
traerá a la promesa que le dio, y de repente todo tendrá sentido. Verá que
Dios nunca le ha abandonado. El le ha traído por este camino porque ha estado
entrenándole, preparándole y enseñándole a confiar en Él para todo. ¡Dios
ha planeado un tiempo para usarle y este tiempo está justo frente a usted!
DAVID WILKERSON
jueves, 25 de agosto de 2011
JOSÉ Y EL FAVOR DE DIOS
¿Favorece nuestro Padre celestial a algunos de sus hijos? ¿Dice la Biblia que
Dios no hace acepción de personas? Cuando se trata de la salvación y de sus
maravillosas promesas, Dios trata a todos por igual, pero también Dios pone su
especial favor sobre aquellos que responden sin reservas a su llamado y le
entregan sus vidas por completo.
Job dijo: "Me diste vida y me favoreciste con tu amor" (Job 10:12). David dijo:
" Tú, Señor, bendices al hombre justo; tu favor lo rodea, como un escudo."
(Salmo 5:12).
Nuestro Padre celestial pone una prenda especial sobre aquellos que le entregan
su corazón por completo: "me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi
Dios, porque él me vistió con vestiduras de salvación, me ha cubierto con el
manto de la justicia "(Isaías 61:10).
José respondió al llamado del Espíritu entregando todo, y como un favor de
parte de su padre, él recibió una túnica que lo distinguía de los demás.
Pero, ¡el favor de su padre fue muy costoso! Le costó sus relaciones
personales y trajo rechazo, incomprensión y burla: "Todos sus hermanos… lo
odiaban..." (Génesis 37:4).
¿Por qué los hermanos de José estaban contra él? La clave está en el
versículo 11: "Sus hermanos le tenían envidia." Al ver la túnica que José
llevaba, ellos sabían que ésta representaba favor y rectitud. Sus hermanos lo
odiaban pues José les recordaba el llamado del Espíritu que ellos habían
rechazado. ¡José era un reproche a su mediocre estilo de vida!
Los hermanos de José holgazaneaban complaciéndose en chismorreo y charlas
egocéntricas. Sus corazones estaban ocupados en las tierras, posesiones, el
futuro, pero José estaba en otra parte. Él hablaba de las cosas de Dios, de
las cosas sobrenaturales. Dios le había dado sueños que, en aquel tiempo,
eran sinónimo de escuchar la voz de Dios.
Creyentes tibios alrededor suyo querrán hablar de sus autos, casas y empleo,
pero usted preferirá hablar de las cosas eternas, acerca de lo que Dios está
diciendo. Pronto usted se convertirá en un reproche a su indiferencia. Ellos
le envidiarán porque usted representa el llamado del Espíritu Santo que ellos
apagaron.
Sí, José vestía una túnica diferente y esa diferencia hizo que fuera odiado
y envidiado entre sus hermanos. Amado, ¡lo mismo le pasará si usted le
pertenece por completo a Jesús!
DAVDI WILKERSON
miércoles, 24 de agosto de 2011
DIOS ESTÁ HACIENDO ALGO NUEVO
¿Cuán a menudo ha oído usted a los cristianos decir, "Dios está haciendo
algo nuevo en su iglesia?" La "cosa nueva" a la que se refieren puede llamarse
un avivamiento, un nuevo fluir, una visita o un mover de Dios.
Sin embargo, muy a menudo, esta "cosa nueva" desaparece muy rápidamente. Y una
vez que se ha desvanecido, no puede ser encontrada de nuevo. En este sentido,
ésta no resulta ser del todo, un mover de Dios. De hecho, los sociólogos
cristianos han seguido muchas de estas visitas y descubrieron que el promedio
de vida de estos eventos es de unos cinco años.
Personalmente, creo que Dios está haciendo algo nuevo en su iglesia de hoy.
Sin embargo, esta gran obra del Espíritu no se puede encontrar en un solo
lugar. Está sucediendo en todo el mundo.
Dios no va a empezar algo nuevo en su iglesia hasta que quite lo viejo. Este
principio bíblico, probado a lo largo de siglos de historia de la iglesia, se
encuentra en ambos Testamentos y abarca cualquier movimiento verdadero de Dios.
Como Jesús lo dijo, no se echa vino nuevo en odres viejos (ver Marcos 2:22).
El principio de abolir lo viejo y levantar lo nuevo fue presentado por primera
vez en el Antiguo Testamento en Silo.
Durante el tiempo de los jueces, Dios estableció una santa obra en esta ciudad
(ver Jueces 18:31). Silo, donde el santuario del Señor estaba en pie, fue el
centro de toda actividad religiosa en Israel. El nombre de Silo en sí mismo
significa "lo que es del Señor". Esto habla de las cosas que representan a
Dios y revelan su naturaleza y carácter. Dios le habló a su pueblo en Silo,
fue allí donde Samuel escuchó la voz de Dios y donde el Señor le reveló su
voluntad (ver 1 Samuel 1).
El Señor dejó de hablar en Silo, porque el sacerdocio se había vuelto
perezoso y sensual, y la ciudad se había convertido en corrupta. Dios le dijo
a Samuel, en esencia, "Silo se ha vuelto tan contaminado, que ya no representa
lo que soy. Esta casa ya no es la mía. He terminado con ella". "Entonces el
Señor levantó su presencia en el santuario y escribió "Icabod" en la parte
superior de la puerta, lo que significa," La gloria del Señor se ha ido."
El Señor abolió completamente lo viejo, pero una vez más, levantó una cosa
nueva. Después de eso, el templo de Jerusalén llegó a ser conocido como "la
casa del Señor" y Dios le habló a su gente allí.
"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas
pasaron, he aquí todas son hechas nuevas" (2 Corintios 5:17).
DAVID WILKERSON
martes, 23 de agosto de 2011
USTED TIENE UN CONSOLADOR
Estoy aprendiendo algo maravilloso del Espíritu Santo. Él tiene una
característica única: no le gusta hablar de sí mismo. Él no se hace de sí
mismo el principal objeto de nuestra atención.
He tratado de estudiar con seriedad al Espíritu Santo sumergiéndome en
volúmenes enteros acerca de Él, y los cuales han sido escritos por autores
calificados. Algunos de estos libros son muy profundos y difíciles de entender
-libros acerca de su naturaleza y personalidad. Todos ellos muy interesantes,
pero no siempre edificantes. El hecho es que no pueden edificar, porque usted
sólo puede entender lo que el Espíritu es cuando Él mismo se revela, y Él
no va a hablar de sí mismo.
He intentado investigar sobre el significado de los nombres del Espíritu Santo
-Consolador, Paracleto, Abogado, Intercesor- en busca de obtener alguna idea de
quién es Él. Pero finalmente me dí cuenta que nosotros los cristianos no
tenemos que entender la persona del Espíritu Santo porque Él no quiere
decirnos cosas ocultas sobre sí mismo. Todo lo que necesitamos saber es que es
uno de la Trinidad: es eterno, el Espíritu de Cristo enviado a esta tierra para
vivir en nosotros los que creemos ¡Y sus ojos están siempre en Cristo!
El Espíritu Santo no quiere que sepamos tanto de Él mismo como de su misión,
la cual es llevarnos a Jesús y mantenernos en pureza y santidad. Él siempre
está obrando, haciendo conocer a Cristo en nuestros corazones, y se deleita en
nuestra búsqueda del conocimiento acerca de por qué Él ha venido.
Jesús dijo: "cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la
verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que
oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. El me glorificará;
porque tomará de lo mío, y os lo hará saber." (Juan 16:13-14).
DAVID WILKERSON
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