Cuando un padre envía su hijo a la universidad requiere una gran inversión.
Obviamente, el padre espera que su hijo sea aplicado, según los rigores de su
formación. ¿Por qué? ¿Acaso esperamos que se gradúen, vuelvan a casa,
cuelguen su diploma en la pared y luego se sienten en la sala a ver
televisión? ¡No! Ese padre espera que su hijo haga que la inversión valga la
pena iniciando una buena carrera.
Del mismo modo, cuando el ejército de EE.UU. ofrece educación gratuita a un
soldado alistado, los años de educación son considerados una inversión. Al
soldado se le dice, "Después de educarlo, su nación y el gobierno requieren
una cierta cantidad de su tiempo." Se espera que ese soldado entrenado sirva en
las fuerzas armadas varios años con el fin de justificar la inversión.
Lo mismo sucede con el Señor y nuestras aflicciones. Todo aquello por lo que
pasa un cristiano es considerado ejercicio de entrenamiento detrás del cual
Dios tiene un propósito divino. Él no le salvó de modo que Usted pudiera
viajar al paraíso en crucero de lujo, Él lo ha salvado para prepararle y ser
usado en su Reino. En el momento que nació de nuevo, Usted se inscribió en Su
escuela del sufrimiento; cada aflicción, cada prueba, es otra lección en el
plan de estudios.
Algunos cristianos están en preescolar, en el kínder. Sus aflicciones no son
difíciles de entender y sus pruebas son mucho más fáciles de soportar. Otros
están en la escuela primaria y no tardaron en enterarse de que sus pruebas son
ahora un poco más difíciles de enfrentar y de entender. Otros están en la
Universidad, y sus aflicciones son mucho más severas y más difíciles de
entender. Y otros están en la escuela de postgrados, con años de duras
aflicciones detrás de ellos y muchas pruebas difíciles que surgen ante ellos.
Sus aflicciones son las más duras de sus vidas y se dan cuenta que necesitan
fuerza del Espíritu Santo para hacer frente a todo ello.
Mi punto es, Dios quiere veteranos de la guerra espiritual, personas que han
pasado por muchas aflicciones para demostrar su fidelidad a la siguiente
generación. Y toda aflicción que sufrimos es una inversión que Él está
realizando en nosotros como sus veteranos.
"Muchas son las aflicciones del justo, pero el Señor lo librará de todas
ellas" (Salmo 34:19).
DAVID WILKERSON
jueves, 9 de agosto de 2012
miércoles, 8 de agosto de 2012
¡EXISTE UN TIEMPO!
¡Existe un tiempo! Me refiero a cuando ha llegado el momento de levantarse y
entrar en acción. El tiempo cuando es correcto decir, “Yo creo que Dios me
está llamando a ser una respuesta, una ayuda a aquellas personas que están
sufriendo.”
Existe un momento en el que usted escucha que su iglesia irá de misiones -un
tiempo en el que dice, “Dios bendícelos.” Existe un momento en que es
necesaria una fe en oración - y hay un tiempo en el que usted es quien debe
levantarse e ir. ¡Es momento de ponerse de pie y entrar en acción!
En Génesis 14:14-16 Abraham hizo justamente lo anterior cuando escuchó que su
sobrino había sido capturado. Él se levantó, armó a sus trescientos y
ochocientos hombres y se los llevó consigo. Sus contrincantes lo superaban por
diez mil personas pero Dios le dio un plan. Abraham dijo, “Nos vamos a dividir
en dos tropas e iremos por la noche.”
¿Puede observar usted lo que él estaba haciendo? Él estaba empleando la
mente de Cristo para su plan de guerra. Algunos de nosotros somos como Lot
cuando nos enojamos e incluso nosotros conocemos sus acciones que lo llevaron
al conflicto. Nosotros decimos, “Me levantaré pero tomaré acción en mis
propias fuerzas” en lugar de escuchar al Señor. No estoy hablando acerca de
levantarse en la carne y hacer algo porque usted es neoyorquino o porque sus
preferencias políticas son diferentes a las de alguien más. Estoy hablando
acerca de hacer algo porque usted es seguidor de Jesucristo.
Usted se mueve acorde al Espíritu, usted camina en el Espíritu, y usted
escucha cuando el Espíritu le habla. De todo esto surge la confianza, una fe
de oración, y al mismo tiempo una vida activa, en movimiento, conectada y
vibrante donde usted se convierte en testigo y siervo. Usted forma parte de un
ministerio que hace una diferencia en las vidas de las personas. En cualquier
lugar donde usted esté involucrado, - si sus adolescentes están en problemas
o si su esposo(a) se encuentra lejos de Dios - usted habla a sus vidas. Usted
les está presentando un modelo que es diferente a lo que el mundo puede
ofrecerles.
Esposas ganan a sus maridos para el Señor a través de su humildad; a través
de su amor y de su servicio. Hombres ven a sus familias entregarse a Jesucristo
cuando dejan de comportarse como ogros y empiezan realmente a servir, amar, y a
poner a los demás después que ellos.
El tipo de fe que el Espíritu Santo nos está llamando a ejercer dice,
“Dios, yo te necesito a tí y tú deseas que yo esté involucrado en tu
obra.”
Gary Wilkerson
entrar en acción. El tiempo cuando es correcto decir, “Yo creo que Dios me
está llamando a ser una respuesta, una ayuda a aquellas personas que están
sufriendo.”
Existe un momento en el que usted escucha que su iglesia irá de misiones -un
tiempo en el que dice, “Dios bendícelos.” Existe un momento en que es
necesaria una fe en oración - y hay un tiempo en el que usted es quien debe
levantarse e ir. ¡Es momento de ponerse de pie y entrar en acción!
En Génesis 14:14-16 Abraham hizo justamente lo anterior cuando escuchó que su
sobrino había sido capturado. Él se levantó, armó a sus trescientos y
ochocientos hombres y se los llevó consigo. Sus contrincantes lo superaban por
diez mil personas pero Dios le dio un plan. Abraham dijo, “Nos vamos a dividir
en dos tropas e iremos por la noche.”
¿Puede observar usted lo que él estaba haciendo? Él estaba empleando la
mente de Cristo para su plan de guerra. Algunos de nosotros somos como Lot
cuando nos enojamos e incluso nosotros conocemos sus acciones que lo llevaron
al conflicto. Nosotros decimos, “Me levantaré pero tomaré acción en mis
propias fuerzas” en lugar de escuchar al Señor. No estoy hablando acerca de
levantarse en la carne y hacer algo porque usted es neoyorquino o porque sus
preferencias políticas son diferentes a las de alguien más. Estoy hablando
acerca de hacer algo porque usted es seguidor de Jesucristo.
Usted se mueve acorde al Espíritu, usted camina en el Espíritu, y usted
escucha cuando el Espíritu le habla. De todo esto surge la confianza, una fe
de oración, y al mismo tiempo una vida activa, en movimiento, conectada y
vibrante donde usted se convierte en testigo y siervo. Usted forma parte de un
ministerio que hace una diferencia en las vidas de las personas. En cualquier
lugar donde usted esté involucrado, - si sus adolescentes están en problemas
o si su esposo(a) se encuentra lejos de Dios - usted habla a sus vidas. Usted
les está presentando un modelo que es diferente a lo que el mundo puede
ofrecerles.
Esposas ganan a sus maridos para el Señor a través de su humildad; a través
de su amor y de su servicio. Hombres ven a sus familias entregarse a Jesucristo
cuando dejan de comportarse como ogros y empiezan realmente a servir, amar, y a
poner a los demás después que ellos.
El tipo de fe que el Espíritu Santo nos está llamando a ejercer dice,
“Dios, yo te necesito a tí y tú deseas que yo esté involucrado en tu
obra.”
Gary Wilkerson
martes, 7 de agosto de 2012
EL MENSAJE DE LA CRUZ
El pecado de idolatría trajo la terrible ira de Dios hacia su propio pueblo.
Ésta lo enfureció más que ningún otro pecado en el Antiguo Testamento,
tanto que Él declaró: “Los hijos recogen la leña, los padres encienden el
fuego y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina del cielo y
ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira.” (Jeremías 7:18).
Ésta es la declaración de Dios en contra de la idolatría en el Antiguo
Testamento, y Él la odia de la misma manera hoy en día. La idolatría trae
consigo Su ira sobre cualquier generación, incluyendo a la moderna.
Una nueva idolatría está aconteciendo en nuestro mundo actual. No, nosotros
no vemos más a gente postrada ante imágenes hechas. En su lugar, la
idolatría moderna seduce a multitudes a través de su sutileza y inteligencia.
Aún ésta enfurece a Dios más que ninguna otra idolatría del Antiguo
Testamento.
“Estoy asombrado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por
la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino
que hay algunos que os perturban y quieren alterar el evangelio de Cristo. Pero
si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anuncia un evangelio diferente del
que os hemos anunciado, sea anatema. (Gálatas 1:6-8).
Este “otro evangelio” que Pablo menciona es el mensaje de salvación sin la
cruz. La gran idolatría de nuestro día es el hacer a un lado el mensaje de la
cruz de Jesucristo.
La cruz - incluyendo sus demandas y esperanzas- es el mismo corazón del
evangelio. Cualquier adoración, congregación, cualquier cosa que se llame
iglesia es mera idolatría si la cruz no está en el centro. Tal adoración es
completamente de otro espíritu y Dios no tiene nada qué ver con ella. Sin la
cruz todo lo que resta es paja - un evangelio pervertido, algo desde el fondo
del infierno. Es más ofensivo para el Señor que la idolatría de Israel.
“Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. (Juan
12:32). Por “levantado de la tierra” Jesús se refiere a Su crucifixión.
Él fue levantado delante del mundo entero en la cruz, como una imagen de Su
gran sacrificio por nuestros pecados.
DAVID WILKERSON
Ésta lo enfureció más que ningún otro pecado en el Antiguo Testamento,
tanto que Él declaró: “Los hijos recogen la leña, los padres encienden el
fuego y las mujeres amasan la masa para hacer tortas a la reina del cielo y
ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira.” (Jeremías 7:18).
Ésta es la declaración de Dios en contra de la idolatría en el Antiguo
Testamento, y Él la odia de la misma manera hoy en día. La idolatría trae
consigo Su ira sobre cualquier generación, incluyendo a la moderna.
Una nueva idolatría está aconteciendo en nuestro mundo actual. No, nosotros
no vemos más a gente postrada ante imágenes hechas. En su lugar, la
idolatría moderna seduce a multitudes a través de su sutileza y inteligencia.
Aún ésta enfurece a Dios más que ninguna otra idolatría del Antiguo
Testamento.
“Estoy asombrado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por
la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino
que hay algunos que os perturban y quieren alterar el evangelio de Cristo. Pero
si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anuncia un evangelio diferente del
que os hemos anunciado, sea anatema. (Gálatas 1:6-8).
Este “otro evangelio” que Pablo menciona es el mensaje de salvación sin la
cruz. La gran idolatría de nuestro día es el hacer a un lado el mensaje de la
cruz de Jesucristo.
La cruz - incluyendo sus demandas y esperanzas- es el mismo corazón del
evangelio. Cualquier adoración, congregación, cualquier cosa que se llame
iglesia es mera idolatría si la cruz no está en el centro. Tal adoración es
completamente de otro espíritu y Dios no tiene nada qué ver con ella. Sin la
cruz todo lo que resta es paja - un evangelio pervertido, algo desde el fondo
del infierno. Es más ofensivo para el Señor que la idolatría de Israel.
“Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo. (Juan
12:32). Por “levantado de la tierra” Jesús se refiere a Su crucifixión.
Él fue levantado delante del mundo entero en la cruz, como una imagen de Su
gran sacrificio por nuestros pecados.
DAVID WILKERSON
lunes, 6 de agosto de 2012
LOS CONSOLADORES DE DIOS
En todo tiempo que usted muestra misericordia, en todo tiempo que usted
manifiesta bondad y gracia hacia otro creyente, usted está dando consuelo.
Un hombre de nuestra iglesia me detuvo después de un servicio y me dijo,
“Hermano Wilkerson, déjeme decirle por qué asisto a esta iglesia. Mi madre
de noventa años de edad recientemente falleció. Pero en los últimos cuatro
años ella estuvo en cama y yo cuidé de ella.”
“A la iglesia que asistía anteriormente, todos los domingos tenía que
abandonar el servicio antes de que éste terminara para cuidar de ella.
Después de un tiempo, el pastor se cansó de esto y ante toda la congregación
me dijo, 'Si te vas a ir, vete ahora antes de que empiece a predicar.'”
“Aquí en Times Square Church, nadie nunca me ha dicho nada acerca de que me
voy antes de que termine el servicio. Esto puede significar algo pequeño pero
para mí es significativo. Yo no le tuve que explicar a nadie que tenía que
salirme temprano porque necesitaba cuidar de mi mamá.”
Misericordia necesita ser otorgada de manera ordinaria, en el diario vivir.
Algunas veces la misericordia es simplemente una sonrisa o un abrazo que
conlleva comprensión. Ésta puede ser algo tan sencillo como un rostro lleno
de amabilidad o una palabra comprensiva hacia alguien que está herido.
Usted nunca puede ofrecer misericordia si está constantemente pensando:
“Dios debe estar enojado conmigo. Voy a fallar. Lo sé.” ¿Cómo puede
usted ofrecer consuelo a los demás cuando usted aún no ha aprendido a
encontrar consuelo en la misericordia de Dios hacia usted? “...para que
podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación,
por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios...Pero
si somos atribulados es para vuestra consolación y salvación; o si somos
consolados es para vuestra consolación y salvación, la cual se realiza en el
sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.” (2 Corintios
1:4, 6).
Cristianos misericordiosos son consoladores utilizados por Dios. Ellos puedes
mostrar y hablar de misericordia y bondad porque han experimentado increíble
consuelo gracias a la misericordia que Dios tiene hacia ellos.
DAVID WILKERSON
manifiesta bondad y gracia hacia otro creyente, usted está dando consuelo.
Un hombre de nuestra iglesia me detuvo después de un servicio y me dijo,
“Hermano Wilkerson, déjeme decirle por qué asisto a esta iglesia. Mi madre
de noventa años de edad recientemente falleció. Pero en los últimos cuatro
años ella estuvo en cama y yo cuidé de ella.”
“A la iglesia que asistía anteriormente, todos los domingos tenía que
abandonar el servicio antes de que éste terminara para cuidar de ella.
Después de un tiempo, el pastor se cansó de esto y ante toda la congregación
me dijo, 'Si te vas a ir, vete ahora antes de que empiece a predicar.'”
“Aquí en Times Square Church, nadie nunca me ha dicho nada acerca de que me
voy antes de que termine el servicio. Esto puede significar algo pequeño pero
para mí es significativo. Yo no le tuve que explicar a nadie que tenía que
salirme temprano porque necesitaba cuidar de mi mamá.”
Misericordia necesita ser otorgada de manera ordinaria, en el diario vivir.
Algunas veces la misericordia es simplemente una sonrisa o un abrazo que
conlleva comprensión. Ésta puede ser algo tan sencillo como un rostro lleno
de amabilidad o una palabra comprensiva hacia alguien que está herido.
Usted nunca puede ofrecer misericordia si está constantemente pensando:
“Dios debe estar enojado conmigo. Voy a fallar. Lo sé.” ¿Cómo puede
usted ofrecer consuelo a los demás cuando usted aún no ha aprendido a
encontrar consuelo en la misericordia de Dios hacia usted? “...para que
podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación,
por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios...Pero
si somos atribulados es para vuestra consolación y salvación; o si somos
consolados es para vuestra consolación y salvación, la cual se realiza en el
sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos.” (2 Corintios
1:4, 6).
Cristianos misericordiosos son consoladores utilizados por Dios. Ellos puedes
mostrar y hablar de misericordia y bondad porque han experimentado increíble
consuelo gracias a la misericordia que Dios tiene hacia ellos.
DAVID WILKERSON
viernes, 3 de agosto de 2012
¿ESTA LISTO PARA PELEAR?
No busque victorias parciales solamente porque usted se encuentra fatigado,
frustrado o con sentimientos de derrota. Dios nunca se detiene a la mitad de la
victoria. En el momento en que usted se siente cansado y que no puede dar un
paso más, frecuentemente es cuando Él está a punto de darle la victoria más
grande, de traer liberación.
La iglesia no fue creada para grandes masas y multitudes en busca de confort,
placer y deseosas de que todo se les dé en charola de plata. La iglesia fue
creada para ser como los “300 de Gedeón,” para ser conformada por
guerreros que dicen, “Dios, yo sé que esto implicará una pelea. Yo sé que
dicha guerra será agotadora e incluso que me provocará lágrimas, pero ¡Dios
yo estoy contigo en esta batalla!”
Usted puede sentir que ha orado la última oración posible acerca de la
necesidad que lo está oprimiendo. Usted se encuentra exhausto pero debe
mantenerse en la batalla. No deje de orar. No se dé por vencido. ¡Sí, ha
sido un largo día! La noche está por venir y en su interior usted dice, “Es
tiempo de irme a dormir.” Pero en su lugar, Dios dice, “No, no, la batalla
aún está comenzando.”
¿Qué ha sucedido con todas las noches de oración en las congregaciones?
¿Qué le ha sucedido a toda esa gente que se encontraba paciente esperando a
Dios? ¿ Qué le ha acontecido a toda esa gente que ayunaba y oraba por
liberación?
La iglesia ha sido llamada para la batalla. Esta no fue creada solamente para
ofrecer buenos servicios en hermosos edificios y con luces que se prenden y
apagan durante la alabanza. ¡No es esto por lo que estamos aquí! Nos
encontramos aquí para que las huestes del Hades no dominen. (Mateo 16:18).
Nosotros no tenemos la promesa de que esto no será algo agotador o que lo
único que necesitamos hacer es suspirar y las huestes del diablo no
prevalecerán. ¡No! Va a ver una batalla y Satanás no se va a rendir
fácilmente pero tenemos una promesa. ¡Va a implicar una batalla! ¿Está
usted listo para pelear?
Gary Wilkerson
frustrado o con sentimientos de derrota. Dios nunca se detiene a la mitad de la
victoria. En el momento en que usted se siente cansado y que no puede dar un
paso más, frecuentemente es cuando Él está a punto de darle la victoria más
grande, de traer liberación.
La iglesia no fue creada para grandes masas y multitudes en busca de confort,
placer y deseosas de que todo se les dé en charola de plata. La iglesia fue
creada para ser como los “300 de Gedeón,” para ser conformada por
guerreros que dicen, “Dios, yo sé que esto implicará una pelea. Yo sé que
dicha guerra será agotadora e incluso que me provocará lágrimas, pero ¡Dios
yo estoy contigo en esta batalla!”
Usted puede sentir que ha orado la última oración posible acerca de la
necesidad que lo está oprimiendo. Usted se encuentra exhausto pero debe
mantenerse en la batalla. No deje de orar. No se dé por vencido. ¡Sí, ha
sido un largo día! La noche está por venir y en su interior usted dice, “Es
tiempo de irme a dormir.” Pero en su lugar, Dios dice, “No, no, la batalla
aún está comenzando.”
¿Qué ha sucedido con todas las noches de oración en las congregaciones?
¿Qué le ha sucedido a toda esa gente que se encontraba paciente esperando a
Dios? ¿ Qué le ha acontecido a toda esa gente que ayunaba y oraba por
liberación?
La iglesia ha sido llamada para la batalla. Esta no fue creada solamente para
ofrecer buenos servicios en hermosos edificios y con luces que se prenden y
apagan durante la alabanza. ¡No es esto por lo que estamos aquí! Nos
encontramos aquí para que las huestes del Hades no dominen. (Mateo 16:18).
Nosotros no tenemos la promesa de que esto no será algo agotador o que lo
único que necesitamos hacer es suspirar y las huestes del diablo no
prevalecerán. ¡No! Va a ver una batalla y Satanás no se va a rendir
fácilmente pero tenemos una promesa. ¡Va a implicar una batalla! ¿Está
usted listo para pelear?
Gary Wilkerson
jueves, 2 de agosto de 2012
LA AUDACIA DE UN LEÓN
Jesucristo me ha dejado una herencia y la reclamo como mía. Las Escrituras
dicen: "El justo está confiado como un león" (Proverbios 28:1). Si usted
puede aceptar esta verdad de la justicia perfecta de Cristo, usted tendrá la
audacia de un león. Usted nunca volverá a temer a otras personas o mirar la
vida de alguien mas y sentirse como indigno. Se puede decir: "¡tengo la
perfecta justicia de Jesucristo, que me acredita por la fe. No, no es mía, es
de Él, pero ha me ha sido acreditada por el mismo Jesús, para que pueda
llamarla mía!"
Es hora de detener su lucha. Si el diablo viene y le dice: "Tú no eres bueno,
no tienes ninguna justificación", Usted puede responder: "¡Yo sé que no soy
bueno. No tengo ninguna justicia en mí mismo, pero tengo la justicia de
Jesucristo. Le he fallado a Dios, pero tengo un Abogado con el Padre: a
Jesucristo el justo!"
Cuando Usted este de pie delante del Señor, no tendrá que temblar, pensando:
"¿Qué voy a ofrecerle? ¿Qué he hecho bien o mal?" No, usted estará
pensando, "No tengo nada que ofrecer en mi mismo porque tengo su justicia, por
la fe."
¿Significa esto que los cristianos no están obligados a hacer buenas obras?
No, en absoluto. La justificación por la fe y la justicia imputada de Cristo
pone el alma libre para caminar en la santidad y hacer buenas obras. Las buenas
obras realizadas en el temor servil no traen gloria a Dios; ellas deben salir de
un corazón amoroso. Caminar en verdadera santidad sólo es posible a aquellos
que han echado mano de su herencia - la justicia perfecta de Cristo - porque ya
no están encarcelados por el temor y la condenación.
Su justicia perfecta es mía por la fe y ahora soy libre y desatado para que le
sirva como un esclavo del amor. Ahora, por el poder del Espíritu Santo,
prometido en el Nuevo Testamento, Él quita de mi toda iniquidad y me empodera
para vivir la justicia que Él me ha acreditado.
DAVID WILKERSON
dicen: "El justo está confiado como un león" (Proverbios 28:1). Si usted
puede aceptar esta verdad de la justicia perfecta de Cristo, usted tendrá la
audacia de un león. Usted nunca volverá a temer a otras personas o mirar la
vida de alguien mas y sentirse como indigno. Se puede decir: "¡tengo la
perfecta justicia de Jesucristo, que me acredita por la fe. No, no es mía, es
de Él, pero ha me ha sido acreditada por el mismo Jesús, para que pueda
llamarla mía!"
Es hora de detener su lucha. Si el diablo viene y le dice: "Tú no eres bueno,
no tienes ninguna justificación", Usted puede responder: "¡Yo sé que no soy
bueno. No tengo ninguna justicia en mí mismo, pero tengo la justicia de
Jesucristo. Le he fallado a Dios, pero tengo un Abogado con el Padre: a
Jesucristo el justo!"
Cuando Usted este de pie delante del Señor, no tendrá que temblar, pensando:
"¿Qué voy a ofrecerle? ¿Qué he hecho bien o mal?" No, usted estará
pensando, "No tengo nada que ofrecer en mi mismo porque tengo su justicia, por
la fe."
¿Significa esto que los cristianos no están obligados a hacer buenas obras?
No, en absoluto. La justificación por la fe y la justicia imputada de Cristo
pone el alma libre para caminar en la santidad y hacer buenas obras. Las buenas
obras realizadas en el temor servil no traen gloria a Dios; ellas deben salir de
un corazón amoroso. Caminar en verdadera santidad sólo es posible a aquellos
que han echado mano de su herencia - la justicia perfecta de Cristo - porque ya
no están encarcelados por el temor y la condenación.
Su justicia perfecta es mía por la fe y ahora soy libre y desatado para que le
sirva como un esclavo del amor. Ahora, por el poder del Espíritu Santo,
prometido en el Nuevo Testamento, Él quita de mi toda iniquidad y me empodera
para vivir la justicia que Él me ha acreditado.
DAVID WILKERSON
miércoles, 1 de agosto de 2012
NUNCA OLVIDE LO QUE ÉL HA HECHO POR USTED
Jesús presentó una parábola acerca de un siervo a quien le había sido
perdonada su deuda. (Mateo 18:23-35). Este hombre encontró gracia y
misericordia ante su maestro, pero él dio por sentada dicha gracia y
misericordia. Inmediatamente tras ser perdonado, él partió y empezó a
ahorcar a un hombre que le debía una cantidad insignificante y le demandó,
“¡Págame lo que me debes!” Cuando el deudor le pidió misericordia, el
hombre se rehusó y el deudor fue encarcelado.
¿Por qué este hombre fue tan crítico? ¿Por qué le faltó misericordia?
Esto sucedió porque él no consideró su propia falta de valor. Él no
comprendió cuán desesperanzada y llena de pecado era su vida. Él no tomó
en cuenta el peligro en que había estado, lo cercano que se había encontrado
a la muerte antes de que le fuera otorgada misericordia. Cuando el maestro supo
de la ingratitud de este hombre a su deudor, él lo encarceló de por vida.
Mientras trabajaba en este mensaje, el Señor me detuvo y dijo, “David,
olvida tu mensaje ahora mismo. Yo quiero hablarte acerca de tu espíritu
crítico y de tu falta de misericordia.”
Yo pensé, “¿Yo, Señor? Yo soy uno de los predicadores más misericordiosos
en América.” Pero Él empezó a mostrarme todas las cosas que yo les había
compartido a predicadores jóvenes, cosas que habían sido dichas fuertemente.
Entonces Él me recordó todas las cosas insensibles que yo le he dicho a la
gente que me ha fallado y cómo me he dado por vencido con ciertas personas.”
Ese momento me fatigó. Lloré delante del Señor. Cuando le pregunté a Dios
cómo pudo haber sucedido esto, Él contestó, “Tú has olvidado todo lo que
yo he hecho por ti, la increíble misericordia que yo te he otorgado.
¿Cuántas veces yo te saqué de algo que te pudo haber destruido? Tú no
estarías aquí sin Mi misericordia.”
Amado, antes de que usted pueda otorgarle misericordia a alguien más, usted
debe recordar el hoyo en el que usted se encontraría si no contara con la
misericordia de Dios. Entonces usted solamente podrá decir, “O, Dios, yo sé
lo que Tú hiciste por mí y tú puedes hacer lo mismo por mi amigo quien se
encuentra viviendo bajo pecado. En algún momento yo fui tan malvado delante de
tus ojos. Yo no puedo juzgar a mi amigo porque Tú has tenido misericordia de
mí.”
¡Es aquí donde usted debe comenzar!
DAVID WILKERSON
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