domingo, 22 de septiembre de 2013

AMISTAD FIEL

Si eres un seguidor de Jesús, si eres parte del linaje de sangre de Cristo, ¡Satanás tratará de traer a tu vida a alguien para destruir todo lo divino en ti! En este momento, puedes estar pensando: “¡Espera un minuto! Yo no quiero empezar a dudar de mis amigos o de pronto sospechar de ellos”. Si son amigos de verdad, unidos a tu corazón en el Espíritu de Cristo, no tienes nada que temer al examinar tu relación con ellos. Debes mirar todas tus amistades, a la luz de las Escrituras. Es fácil determinar si tus amistades cercanas son de Dios o si han sido plantados por el enemigo para destruirte. Basta con pensar en tu mejor amigo, y luego, responder a estas preguntas: * ¿Él (o ella) chismea, difama o habla mal de los demás? * ¿Argumenta sobre la Escritura, debate continuamente y nunca llega a la verdad? * ¿Llama a las personas piadosas, “fariseos”? * ¿Detectas en sus palabras, un espíritu de desobediencia, envidia o sospecha? * ¿Escupe palabras venenosas contra su cónyuge? * ¿Ha tenido éxito en plantar malos pensamientos en tu mente respecto a los demás? * ¿Has comenzado a unirte a él (o ella) en escupir amargura? Si tu amigo se ajusta a esta descripción, y tú estás siendo alejado más y más de Jesús por esa amistad, entonces puedes estar seguro de que el diablo ha sembrado a esa persona en tu vida. ¡Tiene el espíritu de Acab y ha sido enviado para destruir la obra de Cristo en ti! Por otro lado, un amigo verdadero, piadoso, siempre se pondrá del lado de la Palabra de Dios en cualquier asunto y no sólo de tu lado por el hecho de ser tu amigo. Tal amigo no te conducirá a la amargura del pecado. En cambio, te amará lo suficiente como para decirte la verdad. “Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece” (Proverbios 27:6). DAVID WILKERSON

viernes, 20 de septiembre de 2013

¡UN ESTALLIDO!

Miqueas trae a nuestra atención una de las profecías más gloriosas de todo el Antiguo Testamento. Él profetizó de un pueblo que seguirá al Señor a nuevos pastos. “De cierto te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel; lo reuniré como ovejas…en medio de su aprisco” (Miqueas 2:12). Miqueas vio al pueblo de Dios siendo liberado, un pueblo cuyo corazón late como uno solo, un pueblo tan guiado por el Espíritu que serían llamados marginados por la iglesia apóstata. “En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre” (Miqueas 4:6-7). ¿Quiénes conforman este santo remanente? No los soberbios, los ministerios egocéntricos, los “lustrosos” ni las estrellas aplaudidos. ¡No! Son las personas que han pasado por el fuego de la prueba. Incluidos los desconocidos, los marginados, los que se consideran laicos en comparación con la poderosa y elevada iglesia establecida y los que levantan sus voces contra la corrupción en la casa de Dios. Dios dice: "¡Voy a juntarlos!" Todos los esfuerzos humanos de juntar a los siervos de Dios son en vano. Dios tiene que hacerlo y lo único que trae este remanente en unidad, haciendo que se ven a los ojos, es un corazón arrepentido en unión con Cristo. Jerónimo, uno de los padres de la iglesia y un estudioso de la Biblia, los describe como “aquellos hijos de Dios que están arrepentidos y que se elevan por encima de las cosas mundanas y aspiran al cielo”. Éste es un pueblo con la mente celestial, cansados ​​de la ligereza y de la transigencia, un pueblo que anhela la santidad en la casa de Dios. Incluso ahora hay un remanente santo surgiendo de entre los hombres. Cada hombre y mujer de Dios, cuyo corazón está quebrantado por el pecado y la corrupción en la casa de Dios ¡puede sentir este brote del Espíritu! ¡Hay una salida, un estallido justo por delante! DAVID WILKERSON

jueves, 19 de septiembre de 2013

NO ESTAMOS SOLOS

Cristo les dijo a sus discípulos: "No os dejaré huérfanos" (Juan 14:18). La palabra griega “huérfanos”, significa "de duelo, sin padre." A veces te puedes sentir como los discípulos después se sintieron: que estás solo y Dios no está obrando en ti. No ves ninguna evidencia de Su cuidado y Satanás te miente, diciéndote que el Espíritu de Dios te ha dejado por un tiempo. Un milagro increíble que no podemos olvidar es la promesa de Jesús a todos sus seguidores: "Yo no los voy a dejar huérfanos. ¡He pagado un precio por ustedes y son míos!" No importa lo que estés pasando, tu Padre celestial nunca ha abandonado ni un solo pensamiento de ti y nunca lo hará. Escucha su promesa inquebrantable y eterna: "Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros" (Isaías 49:14-16). Este pasaje nos dice: "Tu necesidad de protección está siempre delante de mis ojos. Nunca hay un momento en el que Yo no esté preocupado por mantener Mis muros sobrenaturales seguros alrededor de ti. ¡Mi cerco protector siempre está ahí!" He conocido a algunas madres, incluyendo esposas de pastores, que han abandonado a sus hijos. Un pastor nos escribió esto: "He estado casado durante veinte y cinco años, pero mi esposa me dejó recientemente por un hombre que conoció en Internet. Ella acaba de dejarnos, a nuestros hijos y a mí. Yo la amo todavía y quiero que vuelva a casa, pero ella no quiere. Estoy tan dolido ahora mismo, no puedo dormir y no sé cómo voy a lograrlo". Dios responde a este hombre: "Incluso tu amada esposa puede abandonarte, pero Yo nunca lo haré. ¡Mis paredes alrededor de ti, siempre serán segura!" ¡Él no nos dejará huérfanos! DAVID WILKERSON

miércoles, 18 de septiembre de 2013

LA PROFECIA DE MIQUEAS

Miqueas fue un profeta que vio a la iglesia a través de los ojos de Dios, ¡y causó a su alma lloro y lamento! Estaba viendo en el Espíritu lo que Dios veía: los pecados graves y horribles del pueblo, de los pastores y líderes. ¡Vio idolatría! Una iglesia ramera tomando el salario de una ramera. “Por esto lamentaré y aullaré, y andaré despojado y desnudo… Porque su llaga es dolorosa, y llegó hasta Judá; llegó hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén.”(Miqueas 1:8-9) Escucha el lamento de Miqueas: “…De parte de Jehová el mal había descendido hasta la puerta de Jerusalén… porque en vosotros se hallaron las rebeliones de Israel.”(Miqueas 1:12-13) Miqueas vio una enfermedad incurable entre el pueblo de Dios y un juicio ineludible. Mira a lo que Dios llama rebelión y observa la causa de su controversia con ellos: * Un nuevo esquema de codicia urdido por sirvientes mercenarios de Dios, que tiene que ver con ganancia de dinero, propiedad y éxito. * El énfasis en uno mismo: “¡Ay de los que…maquinan el mal…porque tienen en su mano el poder! Codician las heredades…y casas, y las toman; oprimen a [mi pueblo]” (Miqueas 2:1-2). * Rechazo de las advertencias del profeta y decir a la gente que la predicación de juicio no es de Dios, ¡que es contrario a Su carácter! “No profeticéis… ¿se ha acortado el Espíritu de Jehová?” (Miqueas 2:6-7). ¡Los falsos profetas y pastores ladrones le dijeron a Miqueas que se calle! “¡No prediques tanto juicio!” Somos el pueblo de Dios, Él nos ama. No habrá juicio sobre nosotros.”. La interpretación literal significa: “¡Basta! ¡Basta de ese mensaje de juicio sobre el pueblo de Dios! ¡Deja de amonestar a gente buena! Esto no es de Dios.” ¡Pero escucha la respuesta de Miqueas! “No profeticéis, dicen a los que profetizan; no les profeticen, porque no les alcanzará vergüenza.” (Miqueas 2:6) En otras palabras, si este mensaje no se predica, nunca se deshará el reproche de este lugar. “¿No hacen mis palabras bien al que camina rectamente?” (Miqueas 2:7). DAVID WILKERSON

martes, 17 de septiembre de 2013

LAS RIQUEZAS DE SU GRACIA

“En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia” (Efesios 1:7-8). Siento que nosotros, en la iglesia, ni siquiera hemos empezado a conocer la superficie de la gracia. Tomamos unos sorbos de la taza de la gracia de vez en cuando en nuestro caminar con Dios y luego poco a poco empezamos a confiar en nuestras habilidades para el resto del camino. No podemos elegir nuestras áreas de obediencia. Estamos obligados a hacer lo que el Señor nos llama a hacer. Cuando Jesús dice que debemos nacer de nuevo, tener fe, orar y buscar Su rostro, amar a nuestro prójimo, amar a nuestra esposa como Cristo ama a la iglesia, todos Sus mandamientos son sí y amén. Sin embargo, algunas iglesias prefieren ciertas áreas de obediencia sobre otras. Enfatizan la evangelización, la justicia social, el activismo político, el servicio a los pobres o la oración. Quizás ellos no lo admiten, pero ven los énfasis de las otras iglesias como inferiores a los ojos de Dios. Ninguna iglesia es agradable a Dios cuando ésta funciona con un solo cilindro en lugar de ocho. Simplemente Él no nos permitirá ignorar algunos de sus mandamientos. Lee Apocalipsis 3 para que tengas una idea de Su desagrado cuando hacemos eso. Cualquier persona o iglesia que no está obedeciendo los mandamientos de Dios está viviendo en desobediencia. Sin embargo, la obediencia perfecta no está dentro de nuestra capacidad. La razón por la que tendemos a enfatizar ciertas áreas de la obediencia en nuestras vidas es porque son más fáciles de cumplir que otras. Puede que incluso seamos recompensados ​​por hacerlas. Pero así, se pierde completamente el objetivo. Tener una vida de gozo y de victoria no dependerá de si tenemos éxito o fracasamos en obedecer los mandamientos de Dios, sino que tiene que ver con cómo vamos a obedecer los mandamientos de Dios. A mí me enseñaron cuando era niño en la iglesia que yo podría manifestar cambios espirituales por mi propia voluntad. Los líderes juveniles nos decían: "Ustedes puede cambiarse a ustedes mismos para que las tentaciones no vuelvan. Pueden librarse a ustedes mismos de cualquier cosa”. No nos tomó mucho tiempo darnos cuenta de lo inútil que esto es. El punto es no hacer cambios en nosotros mismos. El punto es permitir que la gracia de Dios nos dé el poder para la transformación, en nosotros mismos y en nuestro mundo. Gary Wilkerson

viernes, 13 de septiembre de 2013

ÉL VE CADA PASO

Multitudes de cristianos se levantan cada mañana enfrentando problemas indescriptibles, dolores físicos, sufrimiento emocional, problemas económicos. Muchos están tan acosado por los problemas que se preocupan: "Todo esto es demasiado para mí, ya no tengo la fuerza para luchar contra estas cosas. ¿Cómo voy a lograrlo?" Nuestro ministerio recibe muchas cartas de santos que soportan circunstancias extremadamente difíciles todos los días. Una mujer de Dios escribió: "He estado casada por más de treinta y cinco años, y soy una abuela; pero ahora mi familia está siendo destruida por mi marido adúltero. Él fue lleno del Espíritu Santo y fue usado por el Señor, pero ahora es un mujeriego amargado, lleno de lujuria. Por favor, oren por mí. Él ha extraído todo el amor de mí, y soy tan infeliz. No creo que pueda soportar por más tiempo." Nuestro Padre celestial ve cada paso de nuestra vida y a pesar de todas nuestras crisis y dificultades, nos manda una y otra vez en las Escrituras: "No temas" No debemos creer que nuestros problemas nos derribarán y destruirán, porque Él es nuestro escudo. "Bienaventurado tú, oh Israel. ¿Quién como tú, pueblo salvo por Jehová, escudo de tu socorro, y espada de tu triunfo? Así que tus enemigos serán humillados, y tú hollarás sobre sus alturas" (Deuteronomio 33:29). Dios nos está diciendo:"¡No es cierto que yo los haya abandonado! No estoy enojado con ustedes, no los he dejado a sus expensas en contra de sus enemigos. ¡Todas ésas son mentiras de Satanás!" No importa la crisis que enfrentamos, qué dificultades poderosas tenemos delante de nosotros, nuestra victoria está asegurada: "Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó" (Romanos 8:37). ¿Significa esto que vamos a quedarnos sentados a esperar que Dios envíe un ángel para matar a todos nuestros enemigos? No, ¡nunca! Aunque Dios haya proclamado nuestra victoria, Él no va hará la parte que nos corresponde. Todavía debemos tomar una espada para luchar contra el enemigo. La diferencia está en que lo hacemos creyendo que Dios ha prometido darnos poder: "Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo" (1 Corintios 15:57). ¡El Espíritu Santo responde a nuestra fe! Cuando invocamos su nombre, Él viene a nosotros con poder sobrenatural para hacer morir las obras de la carne. Nuestra parte es tener fe y caminar en la convicción de que el Espíritu de Dios resistirá el poder del mal que viene contra nosotros. DAVID WILKERSON

jueves, 12 de septiembre de 2013

VENID A MÍ

"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28). Jesús no está solamente haciendo una invitación, nos está mandando a venir a Él, porque solo Él proporciona el descanso que nuestra alma necesita. Sin embargo, ¿Será que es posible para nosotros, por nuestra propia cuenta, ‘venir a él’? Según Jesús, es imposible: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere” (Juan 6:44). ¿Por qué Cristo nos mandaría a hacer algo que no podemos hacer? Aquí se nos está dando una lección importante y una que es fundamental para la vida cristiana. Es decir, cuando se nos da una orden, no es suficiente con que nos entusiasmemos y digamos: “¡Yo soy tu hombre, Señor!” Si hacemos esto, estamos en problemas incluso antes de empezar. El hecho es que, cuando se nos da una orden en los evangelios, ésta expone nuestra propia incapacidad. Dios hace esto a propósito. Incluso cuando Él nos revela su voluntad y sus mandatos, Él nos muestra nuestra incapacidad de lograrlos por nosotros mismos. Por esta razón, Jesús nos da a continuación de cada mandato imposible, una promesa. En primer lugar, dice: “Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere”. E inmediatamente después, Él dice: “Y yo le resucitaré en el día postrero” (Juan 6:44). Dios no sólo nos atraerá hacia Sí mismo, sino que nos levantará a una vida nueva y resucitada. Su poder nos permite caminar en un nuevo pacto con Él. No tenemos la capacidad de tener una nueva vida por nuestra cuenta, pues ésta viene sólo a través de Él. Del mismo modo, el mismo poder que nos salva por gracia también nos mantiene por gracia. “Mas el que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios” (Juan 3:21). Significa que sus obras han sido “elaboradas en Dios”. ¡Dios está fabricando la obra en nosotros! Es por eso que a cada mandato le sigue una promesa. Tan pronto como nos revela nuestra incapacidad, Él nos revela Su capacidad y voluntad para llevar a cabo todo esto en nosotros. GARY WILKERSON

miércoles, 11 de septiembre de 2013

CUANDO LLEGAN LOS DIAS MALOS

Mis días malos vienen a menudo cuando estoy a solas con el Señor, escudriñando Su Palabra. Me siento agobiado por los sentimientos de ignorancia cuando siento que existe un gran océano de verdad ante mí, pero me es imposible comprenderlo todo porque ¡es tanto lo que hay! Y mi frustración es aún mayor cuando leo los escritos de predicadores que vivieron hace 300 años. Y termino exclamando: “¡Oh Señor, soy como un niño en entendimiento comparado con estos gigantes espirituales! Ellos vivieron en una era presuntamente sin instrucción y sin embargo, siendo aun jóvenes, escribieron sobre materias que aún yo no puedo captar a los sesenta años. ¿Por qué se me hace tan difícil captarlo?” La única respuesta que recibo es la que escucho de las palabras de Pablo: “no es por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:9). Todo el poder reside en Dios, incluyendo el poder de comprender la verdad y mantener una vida piadosa. Este gran tesoro esta en vasos de barro, de manera que toda la gloria sea para Él. Si tu día malo consiste en un ataque satánico contra tu fe, puedes ser tentado a creer que no eres espiritual por ser objeto del ataque. Sin embargo, no hay nada más lejos de la verdad. Un joven piadoso me llamó llorando y me dijo: “Acabo de tener el peor día de mi vida ¡y no sé qué hacer! Una sensación extraña vino sobre mi hoy día y no la puedo quitar. Hermano David, ¡no sé si Dios existe!” El joven no tenía idea de dónde venía esa sensación de duda y estaba en estupefacto y herido por los terribles pensamientos que entraron a su mente. Él confesó: “No siento la presencia de Dios. Y ahora no puedo dejar de dudar de su existencia. ¿Qué voy a hacer? ¡Yo no quiero abrigar estos terribles pensamientos!” Le dije: “No tengas miedo ni te desalientes. Créeme, este es un viejo truco del diablo y le gusta hacer esto con los nuevos creyentes que son preciosos para el Señor. Él está tratando de atacar tu fe y confundirte”. Hoy le pude decir a este joven lo mismo que le dije a mi hijo Gary cuando él estaba pasando por días malos: “Solo resiste. Tu Padre celestial sabe exactamente por lo que estas pasando y Él te sustentará a través de todo. Recuerda que Él ha prometido que no te dejará. Sigue acudiendo a Él, ¡solamente por fe!” DAVID WILKERSON

martes, 10 de septiembre de 2013

EL LLAMADO DE CRISTO A LA IGLESIA DE LAODICEA

Para la última iglesia, la iglesia de Laodicea, el Señor dice: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20). Esa es la última llamada de Cristo a la iglesia. Vendrá un espíritu de tibieza y multitudes se enfriarán. Pero Él está diciendo a Su pueblo: “Yo estoy pidiendo que me oigas. Abre. Déjame entrar en tu aposento secreto. Déjame hablar contigo y tú conmigo. Tengamos comunión. Así es como te guardaré de la hora de tentación que viene sobre todo el mundo.” Juan, en su revelación, habla de un día cuando el corazón de nuestro Señor no estará solo nunca más. “Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido…y él (Dios) morará con ellos…y [Dios] dijo…al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.” (Apocalipsis 21:2-6). Esto significa comunicación libre y plena sin pared intermedia de separación; sin gafas oscuras, sin conocimiento parcial, ¡sino conversación cara a cara! Pensemos cuán glorioso será pasar la eternidad alabando a nuestro Señor, inclinándose a sus pies. Pero ¿alguna vez has tratado de darte cuenta lo que esa gran bienvenida significará para nuestro Salvador? Todos sus hijos en casa, con la libertad de compartir Su mismísima presencia. Él hará que todos nosotros nos sentemos, y de su interior correrán ríos de verdad gloriosa. Como lo hizo en el camino de Emaús, nuestro Redentor comenzará desde Moisés y nos llevará a través de todos los profetas. Compartirá los secretos del universo, revelará cada plan y cada nube de oscuridad se disipará. ¡Cristo compartirá por toda la eternidad! Creo que el verdadero gozo del cielo no es sólo nuestro, sino Suyo. Nuestra mayor alegría en el cielo será ver Su alegría cuando Él nos hable libremente, cara a cara. Veremos a Cristo colmado, sus necesidades plenamente satisfechas. DAVID WILKERSON

lunes, 9 de septiembre de 2013

ELLOS DEPUSIERON SU ARMADURA

“Y viendo Moisés que el pueblo estaba desenfrenado, porque Aarón lo había permitido, para vergüenza entre sus enemigos, se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Jehová? Júntese conmigo.” (Éxodo 32:25-26) La palabra hebrea usada aquí para desenfrenado es “para”, que significa “desnudarse, relajarse, exponerse, desestimar.” También implica “un nuevo comienzo.” Un comercial de cerveza moderna aconseja a esta generación que “se libere esta noche.” Significa, simplemente, deshacerte de las inhibiciones morales pasadas, liberarte de toda ley y comenzar a complacerte a ti mismo. Hacer lo tuyo, lo que sea que te haga feliz. Solamente quitarse la ropa no era corrupción, sino que era la señal, el mensaje que estaban enviando a los paganos que los miraban. ¿Puedes imaginarte a los amalecitas en las montañas aledañas, a lo lejos, mirando esta escena tan peculiar? Estos enemigos, que habían temblado al ver a Dios obrando entre ellos, ahora se reían y burlaban: “¡Míralos, son tan sólo como nosotros! Su Dios no tiene poder ¡Ellos ni siquiera confían en Él! Quieren lujuria, fiesta y juego al igual que el resto de nosotros. ¡Qué hipocresía!” ¡En ese solo acto de desenfreno menospreciaron a su Dios ante los ojos de los impíos! Hicieron que el Señor pareciera como despiadado, cruel, insensible, impotente. Ellos mancharon el honor y la majestad de un Dios omnipotente. Dejaron de ser un ejemplo y dejaron de ser admirados, temidos o respetados. ¡Ellos habían depuesto su armadura para hacer fiesta! Pusieron en peligro los planes de Dios para su salvación. Estaban diciéndole al mundo: “¡No queremos pelear con más enemigos! ¡No queremos oponernos! Hemos tenido suficiente del rechazo, del sacrificio, de futuras esperanzas y de bendiciones lejanas. ¡Queremos vivir ahora! ¡Queremos divertirnos! Queremos que los buenos tiempos empiecen”. La corrupción era esta: Esto iba a ser su nuevo comienzo. ¡No más combates! Si iban a tener que existir en un desierto cruel y duro, entonces renunciarían a la lucha y harían lo mejor que pudieran, por su propia cuenta. DAVID WILKERSON

viernes, 6 de septiembre de 2013

ESTARÉIS TRANQUILOS

¿Te despiertas todos los días en angustia por una lujuria o hábito que te asedia? ¿Vives en tormento, pensando: “Esta cosa horrible todavía está viva en mí?” Dios sabe todo sobre el pecado que permanece en tu corazón. Y Él sabe cómo lo odias y cómo has llorado acerca de eso. Ahora Él quiere que oigas esta palabra: “Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi corazón, y fui ayudado” (Salmo 28:7). David sabía esto, por eso podía decir, “No temeré mal alguno” (Salmo 23:4). Satanás obtendría la victoria si tan sólo hubiese podido convencer a David para que tuviera miedo y ésa es la forma en que trabaja el enemigo contra ti. Él quiere que tengas miedo de que nunca serás libertado. Pero Dios dice a todos los santos afligidos y heridos: “¡No temas! Veo y conozco todos tus sufrimientos. ¡Y no permitiré que Satanás te destruya!” Puedes preguntar, “Pero ¿qué voy a hacer? ¿Cómo puedo tener la paz y el descanso del Señor en todo esto?” La respuesta se encuentra en la palabra de Dios a Moisés e Israel. Con un mar ante ellos, un enemigo detrás de ellos y ningún lugar donde dirigirse, Dios les ordenó: “...No temáis, estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros...Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos” (Éxodo 14:13-14). ¿Qué significa esta última frase: “estaréis tranquilos”? Significa no más preocupación, no más intentos de resolver todo, y en cambio, confiar en que Dios haga un camino para ti. Es allí cuando Él te da su palabra de dirección, como la dio a Israel: “...marchen” (Versículo 15). Josué también enfrentó enemigos imposibles. Él y su cansada tropa de soldados inexpertos tuvieron que marchar toda la noche a Gabaón, dónde enfrentaron una gigantesca fuerza militar. Cuando Josué miró hacia el campo de batalla, vio el valle lleno de carros poderosos y soldados bien entrenados. La Escritura dice: “Y Jehová dijo a Josué, No tengas temor de ellos; porque yo los he entregado en tu mano, y ninguno de ellos prevalecerá delante de ti” (Josué 10:8). Dios pronunció la victoria aun antes que Josué entrara en la batalla. Él dijo, “¡La victoria ya está ganada! Ninguno de estos soldados enemigos quedará de pie después de la batalla. ¡Ahora, ve y pelea, sabiendo que te he prometido la victoria!” ¡Ése es el mensaje de la cruz! La victoria ya está ganada para nosotros. DAVID WILKERSON

jueves, 5 de septiembre de 2013

HEREDEROS SEGÚN LA PROMESA

“No tengas temor de ellas...” (Deuteronomio 7:18). Para Israel, “ellas” representaban las imponentes y bien armadas naciones impías que enfrentaron en la tierra prometida. Para nosotros hoy en día, “ellas” representan todo problema, tribulación y dificultad abrumadora que enfrentamos en la vida. ¿Por qué no debemos temer? ¡Porque Dios lo dice! No se necesita ninguna otra explicación. Dios es todo poderoso, todo suficiente y está consciente de las fortalezas satánicas que enfrentamos. Conoce cada trampa, prueba y tentación que serán lanzadas contra nosotros, y nos ordena: “¡No temerás a ninguna de ellas!” Abraham estaba viviendo en un país extranjero, rodeado de reyes poderosos, sin saber donde terminaría. Sin embargo, la primera palabra de Dios para él fue, “No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.” (Génesis 15:1). El significado de esta última frase es, “Yo seré una pared alrededor tuyo, tu protector, tu defensa.” En esencia, Dios estaba diciéndole a Abraham, “Vas a enfrentar dificultades, pero te protegeré a través de todas ellas.” Abraham respondió creyendo la palabra de Dios para él: “Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.” (Versículo 6) Esta misma palabra vino al hijo de Abraham, Isaac. Él también vivió en un ambiente hostil, rodeado por los filisteos que lo odiaban, lo acosaban y lo querían fuera de su tierra. La Escritura dice que cada vez que Isaac cavaba un pozo para suministro de agua, los filisteos lo tapaban: “los filisteos los habían cegado y llenado de tierra.” (Génesis 26:15) Adonde quiera que Isaac iba, tenía el mismo problema. Incluso llamó a un pozo “Esek,” que significa “rencilla” (Véase Génesis 26:20). Aparentemente, Isaac no sintió más que disputa en su vida. Debe haber pensado: “¿Cómo alimentaré a mi familia y daré agua para mi rebaño? ¿Y cómo puedo criar a mis hijos sin temor, cuando los filisteos pueden saquearnos en cualquier momento, sin problema? Dios, ¿Por qué me has establecido aquí? ¿Cómo podré vencer?” Mientras esta nube de duda se formaba sobre Isaac, Dios le dio la misma palabra que le había dado a Abraham: “Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo.” (Versículo 24). Somos hijos de Abraham y Dios nos hace la misma promesa que hizo a Abraham y a su descendencia: “Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa” (Gálatas 3:29). DAVID WILKERSON

miércoles, 4 de septiembre de 2013

TESORO EN VASOS DE BARRO

La vida cristiana no es una vida sin obstáculos. Cada creyente va a tener días malos, sin importar lo consagrado que sea. La mayoría de los cristianos saben que Jesús no es sólo un salvador para "los buenos tiempos solamente". Él está con nosotros, no sólo cuando las cosas van bien, sino también durante nuestros días malos. Cuando los tiempos difíciles nos golpean, Él no desaparece, diciendo: "Volveré cuando esté todo solucionado". No, Él es fiel y nos cuida a través de todas las épocas. El apóstol Pablo se refiere a esto cuando escribe: "Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros" (2 Corintios 4:7). El tesoro al que Pablo se refiere es el conocimiento y la presencia de Jesucristo. La palabra griega que Pablo usa para barro es "barro frágil", que significa “débil, quebradizo, fácilmente tentado”. Él está diciendo:" Sí, tenemos la presencia de Jesús en nosotros, pero nuestros cuerpos son débiles, fácil de ser tentados y quebrantados”. El hecho es que todos padecemos lo que la Biblia llama “enfermedades”. Para muchos cristianos, una enfermedad común en la vida es una frágil constitución física o una pobre salud. Pablo habló de las enfermedades frecuentes de Timoteo, llamándolas "frecuentes enfermedades" (1 Timoteo 5:23). La palabra griega enfermedad aquí significa “enfermizo, sin fuerzas, débil en cuerpo o mente.” DAVID WILKERSON Sin embargo, hay otras enfermedades además de las físicas, que son igualmente difíciles de manejar. En mi opinión, las enfermedades de la mente son probablemente las más comunes. Estoy hablando de esos momentos inexplicables cuando tus sentimientos te traicionan y le juegan malas pasadas a tu mente. Me explico: La culpa, el miedo y la ansiedad son todas enfermedades de la mente. Puedes ser perseguido por causa de tu pasado o por algún pecado que todavía se aferra a tu vida. Y no puedes evitar que estas enfermedades afecten sus sentimientos. Si estás pasando por este tipo de prueba, debes saber que no estás siendo poco espiritual mientras soportas este tipo de ataques. Aún eres un hijo del Padre celestial, y Él no te dejará luchando solo. Él enviará el Espíritu Santo para ahuyentar todas sus dudas. No trates de discutir con el diablo, no le puedes probar nada. Por el contrario, cuando venga el próximo ataque, corre a tu Padre celestial. Entonces quédate quieto, con paciencia y esperanza.

martes, 3 de septiembre de 2013

LA PUERTA DE LA GRACIA

Isaías profetizó: “Reedificarán las ruinas antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.” (Isaías 61:4). Los oyentes de Isaías no podían comprender la clase de libertad y las hazañas que él estaba describiendo aquí. Durante generaciones el pueblo de Dios había sido aplastado bajo la Ley, devastado por su carga. Lo mismo puede decirse de la gente en los días de Jesús. Eran duros con ellos mismos y aceptaban las cargas legalistas puestas en ellos por los líderes religiosos. Es por eso que las palabras de Cristo fueron tan revolucionarias cuando citó directamente a Isaías para anunciar su ministerio: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel” (Isaías 61:1). Jesús sabía que el don de la gracia nos haría completamente libres y Su mensaje no era sólo para los inconversos. Cuando habló de liberar a los cautivos, Él estaba hablando a los creyentes: “Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.” (Juan 8:36). Hoy día somos tan duros con nosotros mismos como lo era el pueblo de los tiempos de Jesús. Pensamos en la gracia como suave, fácil, permisiva. Pero la gracia es la potencia más poderosa que puedas ver trabajar en tu vida. También es el único poder que trae fruto real en tu caminar con Dios, tu vida de oración, tu testimonio, tus buenas obras en Su nombre. Sólo al entrar plenamente en la gracia de Dios su iglesia será conmovida y llena de poder para caminar en las obras gloriosas que Él ha puesto delante de nosotros. Después de leer esto, ¿sigues esforzándote para ser perfecto? Sólo hay una entrada al camino de la perfección: la puerta de la gracia. Tú ya eres perfecto a los ojos de Dios por la justicia de su Hijo, Jesucristo. Ahora, ésta es tu responsabilidad: deja de esforzarte. Tus esfuerzos sólo te llevan hacia atrás, no hacia adelante, y son la causa de que te pierdas por completo la gracia de Dios, gracia que trae libertad, gozo y poder para hacer todo lo que Dios te ha llamado a hacer. El hecho es que tú vas a necesitar gracia sobre gracia a medida que avanzas con Jesús. Así que ahora no es el momento de redoblar tus esfuerzos. Es el momento de confiar en que Cristo ha provisto toda la gracia que necesitas, a cada paso, para caminar en el llamado único que Él tiene para ti. GARY WILKERSON

lunes, 2 de septiembre de 2013

LA ALIANZA IMPÍA

El rey Josafat era un hombre justo, que gobernó sobre Judá cuando el reino de Israel se dividió. El corazón de este hombre estaba totalmente puesto en Dios y él fue bendecido y honrado por encima de todos los otros miembros de su generación: “Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre…” (2 Crónicas 17:3). Sin embargo, la Escritura dice que Josafat hizo una alianza con el malvado rey Acab, quien gobernaba el reino del norte de Israel: “Tenía, pues, Josafat riquezas y gloria en abundancia; y contrajo parentesco con Acab” (18:1). La Biblia dice de Acab: “...haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel” (1 Reyes 16:33). Quizás te preguntes cómo un rey justo como Josafat terminó unido en alianza con un hombre tan impío. Creo que hay una sola razón: ¡Era parte de un complot satánico para destruir al justo Josafat! Vemos que Josafat había limpiado la tierra, expulsando a todos los ídolos de Baal y matando a los profetas idólatras. Sin embargo, la malvada esposa de Acab, Jezabel, adoraba a Baal y sabía lo que Josafat había hecho a sus ídolos. ¡Así que ella determinó destruir a este hombre de Dios! Jezebel se confabuló con su malvada hija, Atalía, para infiltrarse en la corte piadosa de Josafat. Atalía conoció al hijo de Josafat, Joram y usó todos sus encantos para ganar su corazón. El plan funcionó y Joram decidió casarse con Atalía. Le pidió a su padre su bendición y, tontamente, Josafat se la dio. A causa de este matrimonio, el mal entró en el círculo íntimo de Josafat, y ¡el diablo debe haber bailado de alegría! Josafat pudo haber advertido a su hijo que Atalía era una mujer rebelde que lo alejaría de Dios, pero no lo hizo. Pudo haberle aconsejado que termine la relación de inmediato, pero, en cambio, Josafat no dijo nada. Josafat tenía las Escrituras a su disposición; David había dicho claramente: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado” (Salmo 1:1). ¡Josafat lo sabía y aun así él no fue firme! DAVID WILKERSON